Desde niño he tenido curiosidad por entender cómo funciona la naturaleza y sus seres. ¡Cuánto tiempo admirando las pequeñas maravillas que nos brinda! Pero un día empecé a preguntarme por una de sus obras, el Ser Humano… En ese preciso instante y sin saberlo me estaba embarcando en un bello viaje de conocimiento y experiencia.
Me apasionaba la anatomía humana ¡y lo bien que estaba diseñada para sus funciones!. Yo quería saber más y así comencé la formación de Fisioterapia en la Universidad de A Coruña allá por el 2002. Ya estaba asentando las bases para el que hoy en día es mi oficio!
Al terminar Fisioterapia mis inquietudes por descubrir en profundidad la anatomía y la mecánica del cuerpo no habían hecho más que aumentar. Así me decidí a realizar los estudios de Osteopatía en la Escuela del Concepto Osteopático. Durante los 6 años que duró ésta formación realicé varios cursos de nutrición funcional para integrarlos con el diagnóstico y tratamiento de mis pacientes.
Fue en esa época, allá por el 2008 cuando decidí emprender y con la ayuda de los míos “montar” el Centro Zoí Fisioterapia Osteopatía, actualmente bautizado como centro ZOÍ.
Tenía un esquema de trabajo bastante interesante en el que lo importante era encontrar el problema que desencadenaba los síntomas. Es importante que los síntomas (contracturas, dolor...) mejoren, pero si no atendemos a la causa que los desencadena, sin duda volverán a aparecer. En este esquema en el que tenía integrada la parte estructural (músculos, huesos, fascias...) , la visceral y la bioquímica (relacionada con nuestros hábitos de vida) algo faltaba...
Una vez más movido por la curiosidad inicio la formación en Terapia Gestalt en la Escuela Guibor. Esta formación me ha ayudado a vivenciar y comprender cómo nuestro lado emocional y carácter son claves en nuestra postura. La integración de estos aprendizajes con mi oficio me facilita acompañar a las personas teniendo en cuenta su mundo emocional y desde ahí trabajar estas tensiones corporales “nerviosas” o “somáticas”.
A día de hoy sigo inmerso en mi viaje de descubrimiento del ser humano y aplicando el conocimiento y la experiencia acumulados a favor de la salud de las personas que visitan nuestro centro.
Me resulta gracioso reconocer que al primero al que quería conocer y entender era a mí mismo... Ya que estoy metido en ello, ¿quieres que te ayude?
Gracias a l@s que me habéis ayudado en este camino abriendo nuevas ventanas y brindándome la posibilidad de crecer como profesional y persona.